Un médico ilustre
Xavier Sierra fue un dermatólogo muy bien formado, discípulo del catedrático de Dermatología de la Universidad Complutense de Madrid, el doctor Josep Cabré, discípulo del catedrático de la Universidad de Barcelona Xavier Vilanova.
Nacido en Girona en 1952, fue a vivir a Reus a los 12 años, donde se había desplazado a su familia. Reus satisface las inquietudes culturales del joven Xavier. Estudia medicina en la Universidad Autónoma de Barcelona y en los hospitales de Sant Pau y Vall d'Hebron, y hace su período de formación de postgrado en Dermatología con el profesor Cabré, con quien pasa cuatro años. Confiesa que Cabré no fue únicamente su maestro, sino un amigo. También realiza estudios prácticos en París. Trabaja y se doctora en Madrid en 1980 y regresa a Catalunya porque logra en 1981 una plaza de dermatólogo en Terrassa, ciudad que se convertirá en su ciudad de adopción.
Su interés por la historia y el arte se manifiestan al principio en sus publicaciones sobre historia de la dermatología y por impulsar iniciativas culturales dentro de las actividades que organizan las sociedades estatales y catalanas de dermatología. Se licencia en Humanidades por la UOC en 2009.
En los últimos quince años de su vida, Xavier Sierra tiene una actividad muy intensa en el campo de las humanidades médicas. En 2014 crea un blog de aparición diaria que lleva el seductor nombre de Un dermatólogo en el museo, en el que hace comentarios artísticos, históricos y médicos de piezas de museos de todo el mundo. Este blog tiene un gran éxito entre médicos y lectores en general, y convierte a Sierra en un divulgador reconocido. En 2018 se le concede el premio a la Excelencia Profesional del Colegio de Médicos de Barcelona; en 2020 es nombrado presidente del patronato de la Fundación Museo de la Historia de la Medicina de Cataluña y redactor jefe de la revista Gimbernat de historia de la medicina, y en 2021 recibe la Medalla de Honor de la Sociedad Catalana de Historia de la Medicina y es elegido miembro correspondiente de la Real Academia de Medicina de Catalunya. Finalmente, podemos mencionar que durante los meses de confinamiento por la COVID, Xavier escribió cada día una poesía e hizo un poemario.
Estrechamente vinculado con Girona, Reus y Terrassa, ha dedicado su vida a los pacientes, a la lengua, a la cultura y al país, hasta que la muerte ha segado una trayectoria que todavía tenía mucho empuje.
El estoicismo y la dignidad con la que ha soportado la enfermedad, que no le ha interrumpido su actividad hasta el último momento, son dignos de admiración y elogio, como su vida.
Obituario publicado en La Vanguardia el 5 de enero de 2024